Hoy siento una pesada carga producto solo de un sueño, que no me deja vivir despierto, que ademas, no se poner en pie , solo tengo vagos recuerdos de el y sin enbargo me oprime el pecho incluso sin recordarlo.
Me viene a mi mente esa imagen, es la aguja de un reloj, tan grande como la maquina de un tren, que cogida de un extremo por una cuerda al menos de un metro de grosor, apuntaba sobre mi cabeza tal cual como un pendulo, sujetada solamente por los dos dedos de un niño de dos o tre años que jugueteaba con el sin prestarle atencion siquiera.
No se si era panico o terror, el que sentia yo cada vez que la miraba, pero sin embargo sabia que habia de seguir viviendo y sentia pasar cada momento de mi vida, como si aquello fuera normal, como si siempre lo huviera sabido.
Era mi desesperacion saber en que momento, aquel niño se cansaria de tener la cuerda sujeta, porque en ese preciso instante, yo dejaria de existir.
A veces queria decirle que tuviese cuidado con aquel juego, pero a la vaz no me atrevia, porque quizas llamase su atencion y se olvidaria de la cuerda.
Soñe que me despertaba, habiendo pasado ya mucho tiempo, de pronto quede sorprendido, al verme con dos o tres años y una cuerda entre los dedos, de la que colgaba una gran aguja de reloj, que a su vez sobre mi cabeza, colgaba como un gran pendulo.
Me viene a mi mente esa imagen, es la aguja de un reloj, tan grande como la maquina de un tren, que cogida de un extremo por una cuerda al menos de un metro de grosor, apuntaba sobre mi cabeza tal cual como un pendulo, sujetada solamente por los dos dedos de un niño de dos o tre años que jugueteaba con el sin prestarle atencion siquiera.
No se si era panico o terror, el que sentia yo cada vez que la miraba, pero sin embargo sabia que habia de seguir viviendo y sentia pasar cada momento de mi vida, como si aquello fuera normal, como si siempre lo huviera sabido.
Era mi desesperacion saber en que momento, aquel niño se cansaria de tener la cuerda sujeta, porque en ese preciso instante, yo dejaria de existir.
A veces queria decirle que tuviese cuidado con aquel juego, pero a la vaz no me atrevia, porque quizas llamase su atencion y se olvidaria de la cuerda.
Soñe que me despertaba, habiendo pasado ya mucho tiempo, de pronto quede sorprendido, al verme con dos o tres años y una cuerda entre los dedos, de la que colgaba una gran aguja de reloj, que a su vez sobre mi cabeza, colgaba como un gran pendulo.
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